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VESTI LA GIUBBA-PAGLIACCI (LEONCAVALLO)


Ruggero Leoncavallo, fue un compositor y libretista representante del movimiento “Verista” de la Ópera italiana. Su ópera "Pagliacci" de 1892 le aseguró un lugar en el mundo de la música. Muchos lo consideraban como el mejor libretista italiano de su época, después de Arrigo Boito. Leoncavallo compuso varias óperas más en los años anteriores a su muerte, que tuvo lugar en Montecatini el 9 de agosto de 1919, pero en la actualidad sólo "Pagliacci" se representa con regularidad.
Ruggero Leoncavallo, hijo de un juez, nació el 25 de abril de 1857 en Nápoles, Italia. Ya de niño mostró su talento, siendo admitido a los nueve años en el Conservatorio de Música de Nápoles como alumno de piano y composición. A los dieciocho años, Leoncavallo empezó a escribir su primera ópera, Chatterton. Organizó su estreno en Bolonia, pero un empresario sin escrúpulos abandonó al joven compositor justo antes del estreno. Desanimado y sin dinero, Leoncavallo hubo de ganarse la vida dando clases de piano y voz, y actuando en cafés-concierto.
El siguiente proyecto operístico de Leoncavallo fue I Medici (Los Medici), primera parte de una ambiciosa trilogía basada en el Renacimiento italiano. El trabajo no interesó a Ricordi, célebre y poderoso editor de música, y quizá desesperado, Leoncavallo escribió Pagliacci (1892) emulando el vívido realismo de Cavalleria Rusticana (1890) de Mascagni, que había tenido un enorme éxito. El realismo de esta ópera, con sus ambientes contemporáneos, sus personajes de la clase trabajadora, y pasiones y actos de gran violencia, recibiría el nombre de verismo.
Leoncavallo escribió su propio libreto para Pagliacci. Buscando una historia realista y trágica que pudiera utilizar, recordó una historia real que le había contado su padre. Éste, siendo juez, presidió el juicio a un actor que mató a su mujer en un rapto de celos. La historia se adaptaba a sus necesidades, y la convirtió en la base de su ópera; éste es el "cajón de los recuerdos" al que se refiere en el Prólogo.
Pagliacci fue un éxito que hizo famoso a Leoncavallo prácticamente de la noche a la mañana. Por desgracia, al igual que Mascagni, nunca logró otro éxito igual. Cuando I Medici por fin se estrenó en 1893, la acogida fue fría, y el compositor abandonó su plan de terminar la trilogía. Su ópera La Bohème (1897) fue eclipsada por la versión de Puccini de la misma historia, que se había producido el año anterior con gran éxito. Tan sólo Zaza, la historia de un cantante de music-hall parisino, tuvo cierto eco digno de mención: su estreno en Milán en 1900 contó con Toscanini dirigiendo a un reparto cuajado de estrellas.
Leoncavallo compuso varias óperas más en los años anteriores a su muerte, que tuvo lugar en Montecatini el 9 de agosto de 1919, pero hoy en día, sólo Pagliacci se representa con regularidad, casi siempre en el mismo programa que Cavalleria Rusticana de Mascagni.

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