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DANZA HUNGARA Nº 5 (BRAHMS)


Los artistas creadores ofrecieron una última resistencia a la creciente mecanización de la sociedad. Era una última y desesperada bocanada de aire fresco antes de la Revolución Industrial, con sus fábricas atestadas y sus chimeneas que desprendían el humo destinado a contaminar el cielo y el espíritu de la humanidad. Los artistas deseaban conservar la vida sencilla, las aldeas tranquilas, los ríos de aguas cristalinas, los bosques misteriosos e inexplorados. La inspiración provenía de lugares y tiempos lejanos de las leyendas de los valerosos caballeros que amaban a doncellas inalcanzables. En la historia y la canción estos sueños nunca se realizaban, ni se satisfacían los deseos. Era la “música de programa”, la música que relataba historias.
Tampoco se descuidaba la música religiosa. Beethoven, Schubert, Berlioz, Liszt, Brahms, Mendelssohn, Saint-Saéns, Verdi, Fauré y Dvorak compusieron obras sacras monumentales para coro y orquesta, oratorios, misas y réquiems.
Siguiendo la herencia de Beethoven, el compositor romántico no era empleado de nadie. Creaba su propia música, fruto de sus pensamientos y sentimientos apasionados, y no respondía al propósito exclusivo del entretenimiento. La única realidad con la cual debía lidiar era la inseguridad de depender de la venta de su música o, si también era ejecutante, de los ingresos obtenidos con sus conciertos.
El público romántico ya no estaba formado exclusivamente por la nobleza. La acaudalada nueva burguesía de los mercaderes y los empresarios y sus familias comenzó a asistir a los conciertos. Las representaciones ya no se limitaban al salón, la sala de conciertos o la ópera. Desde la invención del piano en 1709, un instrumento para el cual Mozart creó un conjunto completamente nuevo de composiciones, la ejecución de la música se trasladó al hogar. La mayoría de las casas tenía un piano o un armonio (es decir, un pequeño órgano) en la sala, y los niños, sobre todo las niñas de la casa, debían ser capaces de tocarlo. Esta tradición se mantiene firme hasta hoy en la alta clase media, para placer y beneficio de los profesores de musical Los compositores escribían música para estos artistas en ciernes, y ellos formaban una amplia gama, desde los intensos ejercicios repetitivos de Johann Baptist Cramer (1771-1858), Muzio Clementi (1752-1832) y Carl Czerny (1791-1857), cuya "Escuela de Velocidad" todavía es material de estudio de los indefensos alumnos de piano, hasta los bellos y difíciles "études" (estudios) de Chopin y los elevados Trascendental Études de Liszt.
Johannes Brahmas nació: el 7 de mayo de 1833, en Hamburgo, Alemania, y falleció el 3 de abril de 1897, en Viena.
La familia Brahms llevaba la música en la sangre. El padre tocaba el contrabajo en una orquesta teatral. El pequeño Brahms recibió lecciones de piano desde los siete años, y a los trece ya estudiaba composición con Edward Marxsen, que era un maestro excepcional. De su padre aprendió el modo de tocar música para baile con el violín, el violoncelo y el corno, y a preparar arreglos para las bandas de instrumentos de bronce. Ayudaba a los ingresos familiares tocando en teatros y tabernas por la noche, una experiencia que le mostró el lado sombrío de la vida a una edad temprana. Tenía quince años cuando dio su primer recital de piano en público.
A los veinte años, su capacidad para transponer (pasar de la tonalidad original a otra) a primera vista, atrajo sobre su persona la atención del violinista húngaro Eduard Reményi. El virtuoso pidió al joven que le acompañase en una gira de conciertos. En este viaje Brahms no sólo se familiarizó con la música gitana, que después volcaría en sus 21 Danzas húngaras, sino que también conoció al gran violinista Josef Joachim, que convertiría en un amigo de por vida y a quien dedicaría su brillante y único concierto para violín. A través de Joachim conoció a Franz Liszt, que no reconoció el genio de Brahms, y a Robert y Clara Schumann, que sí lo hicieron. Robert elogió la obra de Brahms en su revista de música, y Clara la ejecutó en muchos de sus recitales por toda Europa.
Aunque la reputación de Brahms como pianista creció con los años, tuvo muchos problemas para que se le reconociera como compositor de prestigio. Su Primer Concierto para piano, ahora parte del repertorio popular, no tuvo éxito el día de su estreno en Leipzig, en 1859, porque su estilo parecía muy tradicional y el público esperaba los "fuegos artificiales" de Liszt.
Su Réquiem alemán, una obra no religiosa cantada en alemán y no en el latín de costumbre, y en el cual trabajó desde 1857 hasta 1868, le aportó el reconocimiento internacional y la seguridad financiera que merecía.
Brahms, que era un perfeccionista, consagró quince años de su vida a componer su Primera Sinfonía, estrenada en 1876, cuando el autor tenía cuarenta y tres años. Su belleza y su forma le consolidaron definitivamente como sucesor de Beethoven. También avivó la "batalla" que se libraba entre los partidarios de la Escuela de Weimar, encabezada por Liszt y Wagner, que consideraba suya "la música del futuro", y la tradicional Escuela de Leipzig, representada por Mendelssohn, Schumann y Brahms, cuyo vocal era el influyente crítico austriaco Eduard Hanslick (1825-1904).
Brahms no tuvo una vida dramática. Nunca realizó su deseo de dirigir la Filarmónica de Hamburgo, pero ocupó cargos provisionales, dirigiendo otros coros y orquestas, entre ellos los de Viena, donde se estableció de manera permanente en 1868.
Aunque rechazó ser Doctor honoris causa en música por la Universidad de Cambridge, aceptó gustoso el diploma de Doctor en Filosofía de la Universidad de Breslau en 1881, y compuso la Obertura de un Festival Académico para esa ocasión.
En su vida personal disimulaba un carácter tímido y sensible con una máscara de sarcasmo y modales ásperos; sin embargo, se mostraba generoso con los músicos jóvenes de talento, y ayudó al compositor checo Dvorák a ganar su reconocimiento.
Cuando Robert Schumann fue llevado a un asilo, y dejó a Clara con la responsabilidad de sostener a siete hijos, Brahms se mudó y vivió dos años en la casa de la familia. Ayudó a cuidar de los niños mientras Clara realizaba sus giras. Entre ellos se intercambiaron muchas cartas. Clara tenía catorce años más que Johannes, y al parecer no deseaba volver a casarse, pero los dos continuaron siendo buenos amigos toda su vida. Brahms nunca contrajo matrimonio. En 1896, cuando ella yacía moribunda, Brahms alivió su propio dolor componiendo las agobiadoras Cuatro canciones serias. Poco después descubrió que él tenía cáncer. El 7 de marzo de 1897 consiguió asistir a una ejecución de su Cuarta Sinfonía. Al terminar ésta, el público y la orquesta se pusieron de pie y aplaudieron en una suerte de dolorosa despedida. Menos de un mes después había muerto.
Se considera tradicional el estilo de Brahms, pero exhibe un sonido muy original. La forma puede ser clásica y posee perfección técnica, pero la calidez y el lirismo pertenecen al romanticismo puro.
Sus composiciones: 4 sinfonías, 2 conciertos para piano, 1 concierto para violín, 1 concierto doble para violín y violoncelo, mucha música de cámara, serenatas orquestales, y variaciones, varios volúmenes de música para piano, incluso las hermosas Liebeslieder (canciones de amor), valses, intermezzi y rapsodias. Canciones y ciclos de canciones: fue otro importante compositor de la canción culta alemana. Coral: Un Réquiem alemán, Canción del destino (Schicksalslied) y otras obras.
Las Danzas húngaras nacieron en los años 1858/69 en la versión para piano a cuatro manos. Las Danzas No. 1-10, en 1869 se publicaron en dos libros y los números 11-21 en 1880 en otros dos libros. En 1872 Brahms escribió la versión para piano solo de los 10 primeros. Aparte de los números 11, 14 y 16, los restantes no son ideas originales de Brahms sino cambios en las melodías existentes.


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9 comentarios:

  1. Anónimo05:58

    me enmore de aquel romanticismo... danza hungara 5:0)

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    1. brittany lopez17:12

      sabes las caracteristicas?

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  2. Anónimo22:47

    si que hermoso yo toque danza húngara claro un resumen

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  3. Anónimo14:11

    realmente esta chevere

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  4. Bellísimo,,,las palabras no alcanzan........

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  5. Anónimo09:38

    q hermosura de arte <

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  6. Anónimo09:38

    vaya puta mierdaa

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  7. Anónimo09:40

    @maarrcoss.loppez

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