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DANZA DEL SABLE (KHACHATURIAN)


Al mencionar el nombre de Aram Khachaturian, uno recuerda de inmediato pequeñas obras como la Danza del Sable o el Adagio de Espartaco y Frigia. Pero si nos adentramos un poco en su producción podremos encontrar mucho más que a un famoso creador de música para ballet. Tras este artista hay una interesante actividad, personal y distinta si se le compara con los esquemas que han marcado la música del siglo pasado.
La producción de Khachaturian comprende tres sinfonías, tres conciertos, veinte partituras para el cine y el teatro, asi como otro tipo de piezas que normalmente se usan para calificar a un compositor serio. Tampoco debemos olvidar una notable cantidad de música vocal y de cámara que, junto a la anterior, fluyó de la pluma de este autor por más de 50 años de carrera artística.
En todo ese período, Khachaturian siguió la tradición de los grandes sinfonistas rusos, una tradición romántica a la que incorporó los elementos que emanaron inconscientemente de su espíritu y sangre armenias.
Fue precisamente esta virtud de recoger en su música las tradiciones culturales de Armenia y del Cáucaso lo que favoreció la actividad de Khachaturian dentro de la Unión Soviética. Si bien hubo roces con las autoridades que controlaban todas las artes del vasto imperio, la producción suya se transformó en una de las más divulgadas en los límites soviéticos, no solamente en la sala de conciertos o en los teatros, sino también en el cine, la televisión e incluso en parlantes en la vía pública.
Así fue la fama de este nativo de Tiflis, cuya familia armenia llegó a Georgia huyendo de los turcos, un joven talentoso que no pensaba seguir una carrera artística, pero que al viajar a Moscú se matriculó en el Instituto Gnesin para aprender cello. Después ingresó al Conservatorio, donde estudió composición con Myaskovsky, y se graduó en 1937 con la Primera Sinfonía como examen.
La obra fue concebida para el 15o.aniversario de la fundación de la República Soviética de Armenia y su estreno logró la aclamación de la crítica. Tal éxito lo reafirmó un año más tarde el Concierto para Piano y en 1940 el Concierto para Violín, dos obras que también lo hicieron conocido en el extranjero.
Durante la Gran Guerra Patriótica, como llamó el gobierno soviético a la Segunda Guerra Mundial, Khachaturian probó su lealtad a su país con Gayaneh, ballet cuya trama transcurre en una granja comunitaria, y con la Segunda Sinfonía, que contiene una conmovedora marcha fúnebre que recuerda el sufrimiento del pueblo ruso en ese trágico período.
Tras esto vinieron el Concierto para Cello (1946) y la Tercera Sinfonía (1947), esta última concebida para el 30o.aniversario de la Revolución pero que, curiosamente, sería criticada por la autoridad por tener lo que se consideraba como "mala influencia formalista". Por eso Aram también fue incluído en la condena oficial que en 1948 afectó a un grupo de compositores, entre ellos Shostakovich y Prokofiev, pero él mismo replicó que el empleo de tales elementos había surgido de la propia presión de los críticos, quienes veían que el estilo nacional que lo caracterizaba estaba limitando su reputación y creatividad. En los dos años siguientes, se concentró en música para el cine y de este ámbito surgieron obras de concierto como la Oda Fúnebre a la memoria de Lenin y La batalla de Stalingrado.
Desde 1950 la labor de Khachaturian se expandió a la enseñanza, al unirse como profesor al Instituto Gnesin y al Conservatorio, y comenzó una carrera como director de orquesta, presentando sus trabajos a nivel local e internacional. Con la muerte de Stalin en 1953, fue uno de los primeros en solicitar públicamente menores restricciones burocráticas y una mayor libertad creativa para evitar que las recientes prácticas oficiales no produjeran una mediocridad artística.
En los años posteriores vino el ballet Espartaco, el mayor de sus éxitos no obstante ser objeto de diferentes revisiones hasta fines de los años 60. Si bien la década de 1970 significó una menor producción, debido a su labor como profesor y director, las obras aparecidas no demostraron ninguna disminución cualitativa, como es el caso de las sonatas para cello, para violín y para viola, sin acompañamiento, que fueron completadas un año antes de su muerte.
Khachaturian consiguió el reconocimiento internacional con su obra más emblemática, Gayaneh, de 1943. Se trata de un ballet que representa la historia épica de una mujer patriota cuyo marido comete traición al pasarse al enemigo. Se compone de diferentes danzas, entre las que destaca la "danza del sable". El estilo épico se acentúa en su Tercera sinfonía de 1947, ya que es una obra que conmemora el trigésimo aniversario de la Revolución Rusa.
En si, la danza del sable es una danza ceremonial masculina con espadas, que tiene cuatro grandes variantes. Las danzas de combate con espadas (por ejemplo, las danzas pírricas de la antigua Grecia) se utilizaban para el entrenamiento militar. En Turquía y en los Balcanes tienen lugar danzas circulares de guerrilla. En Escocia, los Balcanes, la India y otros lugares, uno o más bailarines ejecutan complejos pasos sobre dos espadas cruzadas en el suelo. Las danzas invernales (de empuñadura y punta) que gozaron de popularidad en Europa, aún se cultivan en Inglaterra, el País Vasco (España) y pocos lugares más. Estas danzas se ejecutan en círculo por cuatro o más bailarines, que realizan complicados movimientos entrecruzando los sables y saltando por encima de ellos.

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