Franz Liszt,[1811-1886], fue un compositor y pianista de origen húngaro. Su padre fue sirviente de los Esterházy y músico aficionado, de quien el pequeño Franz aprendería a tocar el piano. Su talento impresionó al patrón, que le financió los estudios en Viena. Allí estudió piano con Czerny y composición con Salieri. En París no consiguió ingresar en el Conservatorio dirigido por Cherubini por ser extranjero, pero estudió con profesores particulares. Tuvo un gran éxito como pianista. Su vida íntima estuvo signada por su fama de Casanova y su inquieto espíritu que buscaba refugio en la religión, la política y las artes. Con él nació el moderno, romántico y efusivo virtuoso del piano. Su composición se vió influida por la virtud del intérprete, por tal motivo, su catálogo denota cierta falta de unidad estilística. Fue un importante innovador de las formas y creó el poema sinfónico dando forma definitiva a la rapsodia
Liszt compuso cuatro valses Mephisto, inspirándose en el mito de Fausto. Se trata, por tanto, de obras programáticas, con un hilo narrativo. El más popular de los cuatro valses es este primero, titulado El baile en la taberna del pueblo y basado en un episodio del Fausto de Nikolaus Lenau (no en el más famoso de Goethe).
El episodio que Liszt eligió transcurre en la taberna del pueblo y es de una naturaleza más bien erótica: Fausto y Mefistófeles, como cazador, entran en un bar donde se está celebrando una fiesta por una boda. Mefisto coge un violín de uno de los juglares, lo afina (representado en la pieza de Liszt por las quintas al inicio del vals) y entonces comienza a tocar una melodía frenética [1'00'']. Después, el vals se ralentiza y da inicio un nuevo tema, amoroso, que intoxica a todos los campesinos allí presentes [3'00'']. En el texto de Lenau, incluso las “resonantes paredes de la taberna se lamentan, verdes de envidia, porque no se pueden unir a la danza”. Fausto aprovecha la situación y coge a la novia para bailar con ella [4'00''], una belleza de ojos negros. Tras de un poco de cortejo, se fuga con ella hacia el bosque. Un ruiseñor canta una melodía y la música de Liszt crece hasta un impresionante clímax cuando la pareja “es tragada por las impetuosas olas del rapto amoroso” (según el texto de Lenau). Previamente al cenit de la huida de Fausto y la novia, Liszt hace reaparecer el sensual tema lírico del vals.
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