LA MUSICA CLASICA DESDE LAS CANTIGAS DE ALFONSO X A LA SONATA PARA PIANO Nº 1 DE BOULEZ
jueves
CUARTETO DE CUERDAS (WEBERN)
Anton von Webern, (Viena, 1883-Salzburgo, Austria, 1945), fue un compositor austriaco. Estudió musicología en Viena. A partir de 1908 se inició como director de orquesta teatral en Viena, Teplizt, Danzig y Praga, y dirigió los conciertos sinfónicos destinados a los obreros en Viena (1922-1934). Fue director musical de la radio austriaca y trabajó en la Universal Edition de Viena.
Con el vienés Alban Berg, es el representante más destacado de la escuela de Schönberg. Sus primeras obras, como la Passacaglia para orquesta, son todavía de estilo posromántico. El período comprendido entre Seis piezas para orquesta (1910) y los Cinco cánones para soprano y dos clarinetes (1924) se caracterizó por texturas ligeras, conjuntos instrumentales pequeños y una construcción musical muy compacta.
Empleó por vez primera el sistema dodecafónico en su obra Tres lieder populares religiosos, a la que siguieron composiciones en las que destacan su extrema intensidad y brevedad, concisión y delicadeza y sus unidades melódicas fraccionadas. Amplió el concepto de serialización dodecafónica a la serialización rítmica, dinámica y tonal.
Entre las principales obras donde utilizó la dodecafonía cabe mencionar la Sinfonía para orquesta de cámara (1928), las Cantatas Opus 29 y Opus 31 y las Variaciones para piano (1936) y Variaciones para orquesta (1940). También editó la Choralis Constantinus II, del compositor flamenco Heinrich Isaac, cuya maestría en el empleo del contrapunto admiraba profundamente.
El ascenso al poder del partido nazi truncó su carrera, y hubo de ganarse la vida con dificultad y realizando trabajos como lector o corrector. En 1945 se trasladó a la ciudad de Salzburgo, donde encontró la muerte al disparar sobre él por error un centinela estadounidense.
Webern destinó al menos cinco partituras al cuarteto de cuerdas, siendo las más antiguas que se conservan aquellas dos que escribió en 1905, durante su primer año de estudio con Schoenberg. Se trata de dos movimientos bastante refinados y sofisticados en comparación con todo lo compuesto antes por Webern, destacándose por la coherencia y lógica, estructural y armónica, que los gobierna.
El primero de esos movimientos, publicado de manera póstuma como Langsamer Satz o Movimiento Lento, es más corto y tiene un estilo derivado de Brahms. El segundo tiene más extensión, se conoce simplemente como Cuarteto de Cuerdas y convoca una serie de influencias. La primera y más clara proviene de Noche Transfigurada de Schoenberg. Luego está la inspiración de Giovanni Segantini y su tríptico Werden-Sein-Vergehen y finalmente el material basado en un motivo del cuarteto Op.135 de Beethoven.
Después de concluir su formación, Webern sufrió una transición estilística, pasando de la tonalidad extendida de su Passacaglia Op.1, que marcó el término de sus clases con Schoenberg, a la atonalidad aforística de las siguientes partituras con opus, del 3 al 11. Webern abandonó definitivamente la armadura tonal, y para siempre, dirigiéndose a un nuevo mundo sonoro: estudios cercanos al silencio, miniaturas instrumentales y vocales, compresión extrema, dinámica reducida y acordes disonantes.
Aparecen entonces nuevas obras para cuarteto de cuerdas: en 1909 los 5 Movimientos Op.5 y en 1911 las primeras cuatro de las 6 Bagatelas Op.9. Mientras la primera habría sido inspirada por un cuarteto de Schoenberg, la segunda comenzó su existencia como un cuarteto en cuatro movimientos al que Webern agregó dos más y una canción, pero al final solamente publicó las partes instrumentales.
El abandono de la tonalidad provocó una incapacidad para sostener formas extensas sin la ayuda de un texto. Aunque Webern compuso otras piezas instrumentales hasta 1914, no retornó al medio hasta una década más tarde, una vez que apareció la nueva técnica dodecafónica y ésta le permitió resolver varios problemas. Entonces pudo escribir en las formas que habían moldeado la música alemana en los dos siglos anteriores y todos sus movimientos instrumentales desde el Op.20 en adelante aluden a formas como sonata, rondo y variaciones.
Fue el trío para cuerdas Op.20, completado en 1927, el que marcó el retorno a la música instrumental, después de años en que las únicas partituras merecedoras de opus y de ser publicadas habían sido canciones. Con esta nueva estabilidad Webern se concentró de lleno en los instrumentos y en los cuatro años siguientes produjo los opus 21 y 22, un poco después el Concierto Op.24, en 1937 las Variaciones para piano y el Cuarteto de cuerdas, mientras que en 1940 su última obra instrumental, las Variaciones para orquesta.
En 1936 Webern inició la composición de su segundo cuarteto de cuerdas. A diferencia del primero, aún revelador de remanentes posrománticos, el segundo sigue la técnica de las doce notas. Sus tres movimientos están estructurados como una serie de variaciones, con elementos de forma sonata, scherzo y fuga, sobre las notas musicales que genera el apellido Bach
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