El Romanticismo coincide con el resurgimiento nacional en las tierras checas. La manifestación más destacada del mismo en la esfera musical fue el surgimiento de la ópera checa. El gran éxito del drama con música La Familia Suiza del alemán Joseph Weigel (1766-1846) en 1823 impulsó a Chmelenský y Frantisek Skroup (1801-1862) a escribir la primera obra dramática y musical checa. Skroup nació en Osice, cerca de Pardubice, Bohemia Oriental, y empezó a componer ya en el liceo, continuando durante sus estudios de filosofía y derecho en Praga. Después del estreno de la ópera Lañador (Dráteník, 1826) se convirtió en director de orquesta del Teatro de los Estamentos de Praga. Con Chmelenský compuso otras dos óperas checas, Oldrich y Bozena (1826) y Las bodas de Libuse (1835). La música, que Skroup compuso para el drama Fidlovacka, de Josef Kajetán Tyl, se hizo inolvidable gracias a la canción Dónde está mi casa (Kde domov muj), que se convirtió en el himno nacional checo.
Bedrich Smetana, (Litomysl, actual República Checa, 1824-Praga, 1884), fue un compositor y director de orquesta checo. Aunque históricamente los territorios que conforman Bohemia han dado grandes nombres a la música, Smetana fue el primero que supo expresar en sus obras el espíritu, la esencia y los anhelos de su patria. En este sentido, debe ser considerado como al padre de la escuela musical nacionalista checa, cuya impronta sería decisiva en los autores que lo siguieron, entre ellos Dvorak y Janacek.
Hijo de un cervecero amante de la música, las aptitudes musicales se manifestaron a tan temprana edad en el pequeño Smetana, que a los seis años hizo su primera aparición en público como pianista y a los ocho escribió sus primeras piezas. Deseoso de triunfar como concertista, en 1843 el músico se trasladó a Praga con el fin de mejorar su técnica. Eran años de tensión política entre el emergente nacionalismo checo y el centralismo de las autoridades austríacas, y Smetana participó en el movimiento de concienciación patriótica con varias marchas revolucionarias y un exaltado Canto a la libertad (1848).
Tras un paréntesis de cinco años en Göteborg como director de la Sociedad Filarmónica (1856-1861), colaboró en la fundación de numerosos organismos musicales checos, entre ellos el Teatro Nacional de Praga. En 1866 estrenó en él sus dos primeras óperas, Los brandemburgueses en Bohemia y su obra maestra, La novia vendida, primer ejemplo acabado de ópera nacional checa.
Con ella y las que le siguieron –Dalibor (1867) y Libuse (1872), entre otras–, Smetana no sólo se convirtió en el fundador y líder de la escuela nacionalista bohemia, sino que consiguió el anhelado cargo de director del Teatro Nacional, en el que permaneció hasta que en 1874 una sordera provocada por la sífilis le obligó a presentar la dimisión.
Pese a las dificultades, entre 1874 y 1879 vieron la luz los seis poemas sinfónicos que integran su obra maestra orquestal, el ciclo Mi patria. De esta época data también una de sus partituras más sentidas y originales, el Cuarteto de cuerda núm. 1, «De mi vida» (1876). Perdida la razón a consecuencia de la enfermedad, Smetana pasó los últimos años de su existencia recluido en un hospital psiquiátrico de Praga.
El Moldava (Vltava) de 1874 es el segundo de los poemas sinfónicos que componen el ciclo Mi patria (Ma Vlast) y fue finalizado sólo 20 días después del primero, Vysehrad. Comienza con una melodía en la flauta opuesta al pizzicato de las cuerdas, que imita el fluir de las aguas del río. Violines y maderas describen después su curso mientras se oyen las trompas de caza en sus orillas. Irrumpe una danza campesina a la que siguen las flautas representando las ninfas de sus aguas. Luego retorna el tema del río que gana impulso hasta su desaparición en el horizonte. La obra se estrenó el 4 de abril de 1875 en Praga.
porque no aparece
ResponderEliminar